Señor Director: El respeto y protección estatal a la propiedad privada permite a dueños usar, disponer, arrendar y vender con libertad y seguridad. En otras jurisdicciones, la usurpación de terrenos, la toma ilegal, la ocupación de mala fe y otras actividades ilegales y maliciosas se castigan con un severo garrote, y se combaten con herramientas legales claras y efectivas. En Chile, la normativa entrega zanahorias a usurpadores y okupas, con derechos, plazos, procedimientos engorrosos, llenos de excepciones contra las acciones judiciales, que, sumado al colapso de los tribunales, terminan en una pesadilla para los dueños del terreno usurpado. Autoridades y clase política hacen vista gorda ante ocupaciones sobre campos, terrenos industriales, borde costero e incluso playas, donde mafias lotean y venden derechos y paños. En paralelo, suman barreras ante iniciativas privadas de proyectos que sí cuentan con permisos y autorizaciones legales. Mundo al revés: zanahoria y costo cero para okupas; garrote, tribunales y “permisología” para dueños. El Senado aprobó el proyecto sobre ocupaciones ilegales de inmuebles, establece nuevas sanciones y mecanismos más rápidos de restitución. Es un correcto incentivo para el ciudadano honesto y trabajador que quiera disponer de su propiedad, invertir en ella y disfrutarla con libertad y seguridad: lo que un Estado de Derecho debe defender.

SERGIO QUESNEY SWINBURN

SOCIO PALMA