Diario Financiero

Una casa solar en Alemania

La familia Jüngling cuenta con un techo solar desde 2017 en su casa, ubicada en la localidad de Geislingen, al sur de Alemania. Gerhard Jüngling, padre de la familia, comenta que su principal motivación fue “generar electricidad sin ser dependientes de nadie, y contribuir a la reducción de CO2 para ayudar al medio ambiente, donde podemos reducir más de 7,4 toneladas de CO2 al año”.

A la fecha, su inversión no ha sido retribuida, ya que “para que esto ocurra, se necesitan entre 10 a 12 años”, dice. La instalación fue hecha a través de una empresa externa, ya que en Alemania “está prohibido que uno mismo la realice”.

La vivienda cuenta con 44 módulos, donde cada uno rinde 290 watts, los que suman en total 12,7 kWp. En su caso, no recibieron subvenciones públicas, ya que la electricidad que generan es para uso propio. No obstante, Jüngling indica que “hay gente que no usa esa electricidad que produce para sí mismo, si no que alimentan la red con la electricidad que producen con ese sistema fotovoltaico, y ellos sí reciben dinero del Gobierno, donde cada kilowatt/hora equivale a 7 centavos de euro. Nosotros la energía que nos sobra, la destinamos a esa red”.

La energía obtenida de los paneles no sustenta en su totalidad a la vivienda, ya que durante la noche la electricidad la obtienen de la red, además de utilizar baterías para almacenar la electricidad, energía solar térmica y una bomba térmica.

A partir del 1 de julio, Jüngling señala que en Alemania será obligatorio instalar un sistema fotovoltaico en casas nuevas que se construyan. de 1,5 Toneladas de CO2/ año y 3 Toneladas de CO2, respectivamente al año. Los proyectos que se instalan en casas van desde los cuatro paneles (los más pequeños) (2.000W), hasta los 20 paneles (10.000W).

Miralles señala que un impacto positivo es que permite descentralizar la generación. “No estoy consumiendo una energía que se genera en Alto Biobío donde tuvieron que intervenir parques nacionales, sino que la energía la estoy generando yo, en mi casa. Eso a la larga, puede determinar que sea menos necesario implementar más plantas hidroeléctricas”.

Uno ejemplo concreto es el proyecto solar que el periodista Pablo Tapia instaló en su casa. Comenta que en la pandemia se fue a vivir a las afueras de Santiago a una zona donde se corta la luz constantemente, pero donde hay mucho sol. Intentó solucionar el problema con un generador a bencina, pero “era como vivir con una moto encendida en la casa, con ruido y humo”, dice.

Entonces, empezó a preguntarse cómo aprovechar el sol y tras investigar, dio con Proyecta Energía. El 23 de marzo pasado comenzó a operar en el techo de su vivienda una planta solar de 14 paneles de 410W y dos baterías de litio de 48V 3,5 kWh de capacidad para almacenar la energía que captura en el día, cada una con autonomía de siete horas.

Tapia comenta que el sistema le permite abastecer el consumo casi completo de la casa en 24 horas, logrando “autonomía y ahorros en la cuenta de luz”. En la primera boleta -que no considera el funcionamiento de un mes completo de paneles- el costo bajó de $ 80.000 a $ 36.000 y “bajará más”, afirma.

Otro impacto importante, afirma, es que está generando menos emisiones de gases de efecto invernadero al medio ambiente y “siento que le estoy dando un tremendo ejemplo a mis hijos”.

Sobre el retorno de la inversión, dice que esto no es tema, “si una persona hace una piscina no se hace esta pregunta y recupera la inversión cuando se baña la primera vez. Esto es lo mismo. Recuperé el gasto el día que se cortó la luz en el barrio y no me di cuenta”, comenta.

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2022-05-25T07:00:00.0000000Z

2022-05-25T07:00:00.0000000Z

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