Diario Financiero

Corbatas

No es casualidad que Marcel haya hecho del uso de la corbata un símbolo de su competencia en la materia y de ser un puente con el pasado donde la economía se manejó siempre a los más altos estándares. Un mundo de seriedad, exactitud y precisión, un mundo donde Alex Galetovic se sentía cómodo y brillaba.

Una de las múltiples costumbres que la pandemia parece haber cambiado para siempre fue el uso de la corbata. Durante años fui acumulando decenas de ellas, muchas veces para recordar hitos importantes en la vida personal o en los negocios. Si había una buena noticia de cierta importancia, yo me encargaba de adquirir una buena corbata como símbolo del momento. Durante meses colgaron sin ser usadas, hasta que terminaron siendo expulsadas del closet por un clon de Marie Kondo. En un par de horas más me vuelvo a poner una por razones muy tristes como es el funeral del talentosísimo economista Alex Galetovic, símbolo de rigor y creatividad en la academia y el mundo público.

Ese mundo público que hoy aparece dominado por la performance y el espectáculo constante. Generaciones que han crecido al abrigo de sus interacciones en Facebook, Instagram y Twitter no pueden sustraerse de la búsqueda constante de likes para cada una de sus acciones. No importa cuántas veces se los reprochen, el comportamiento parece ser inmodificable. Después de todo esta no es una opción comunicacional que ellos hayan tomado sino que es parte consustancial de su formación personal. Así vemos como en medio del despelote de seguridad pública y de inmigración que vivimos, el Presidente hace gran cuestión de alojarse en un hostal en Arica en vez de un hotel y opta por vestimentas poco republicanas, para llamarlo de alguna manera. Mientras tanto la Ministra del Interior nos muestra en Instagram su producción de naranjas en su jardín y nos aclara que su color no está dada por la placenta de #BabyKhala (sic). Es la cultura del postureo ético (me disculpan, es la traducción que encontré para virtue signalling) que abunda en la generación que nos gobierna sedienta de alcanzar un nivel moral superior y con ello que los llenemos de corazoncitos con nuestros teléfonos.

La ciudadanía en cambio parece ir totalmente por otro carril: de acuerdo a la última encuesta Cadem, en medio de un gobierno que se desfonda en su aprobación, los personeros más apreciados por la población son el ministro de Hacienda

Mario Marcel y el Subsecretario del Interior Manuel Monsalve. Ambos funcionarios se han destacado estos meses por abordar sus respectivas tareas desde la seriedad y parquedad para comunicar, alejados de cualquier pulsión teatral. No digamos que ambos estén en carteras fáciles, o que tengan muchos éxitos que mostrar, pero la población aprecia el profesionalismo y los premia con su aprobación a pesar de las grandes dificultades.

Marcel y Monsalve muestran un camino para el gobierno, alejarse de las candilejas y concentrarse en tratar de sacar adelante las múltiples tareas que tienen por delante. Para ello no hay soluciones mágicas, no hay foto ni frase ingeniosa que reemplacen al trabajo concienzudo y detallado frente a los problemas que enfrenta el país. Después de todo no es casualidad que Marcel haya hecho del uso de la corbata un símbolo de su competencia en la materia y de ser un puente con el pasado donde la economía se manejó siempre a los más altos estándares. Un mundo de seriedad, exactitud y precisión, un mundo donde Alex Galetovic se sentía cómodo y brillaba.

BANDEJA DE ENTRADA

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2022-07-03T07:00:00.0000000Z

2022-07-03T07:00:00.0000000Z

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